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Querida amiga

jueves, 17 de septiembre de 2015

Querida amiga,

Sólo tu sabes quien eres y se que al mismo tiempo muchas personas pueden sentirse identificadas contigo, por eso me he decidido a escribirte, de la mejor manera que se.
Quizá no poder darte un abrazo en este momento haya sido el motivo por el cual he decidido hacerte esta carta.

De pequeña soñabas como niña que eras, ser esa princesa afortunada que encontraba su príncipe azul para formar una bonita familia. Poco a poco tus deseos se fueron cumpliendo y hallaste tu mitad. Cada día te sientes afortunada de sentirte querida, apoyada y seguro das gracias por cada segundo a su lado.

Emocionada buscabas ese momento. Ansiabas con todo tu alma que por fin llegase el día, aquel en el  pudieses gritar a los cuatro vientos que podrías llamarte mamá.

Pero no llega. Todo se complica. Querrías perderte, llorar hasta sacar toda la rabia que invade tu cuerpo, gritar, escapar, pero no lo haces.

Es posible que ser madre sea tu sueño, pero no lo es todo. Eres una persona fuerte, capaz de enfrentarte a cualquier obstáculo, y cuando digo a cualquier es sin excepción, apenas sin levantar la mano para pedir ayuda.

Pero te miro y se que a veces tirarías la toalla, lo veo en tu mirada, pero no lo haces. Te levantas, e intentas sonreír a la vida, poner tu mejor cara, pese a que por dentro la impotencia te puede, el dolor y la rabia de considerar que a veces, la vida es muy injusta.

No quiero que mis palabras denoten tristeza, porque no es lo que pretendo. Pretendo darte fuerzas, decirte que no estas sola. La vida es maravillosa y gracias a tu incondicional amistad me lo demuestras cada día. Jamás ceses en tu lucha porque lo vas a conseguir.

Tu ya eres mamá. Porque una mamá no sólo es aquella que tiene hijos, si no también quien cuida de sus sobrinos como si fuesen parte de ella, la que se preocupa por que sus amigos estén bien aunque no se encuentre en su mejor momento. Es aquella que protege como leona a su familia, y perdóname querida amiga, pero tu lo cumples con creces.

Quizá nunca te lo he dicho, pero te admiro. Admiro la dedicación y el esfuerzo que pones en todo. Probablemente yo no seria capaz de tener tu valentía y sobre todo de reponerme una y otra vez como tu lo haces.

Se que serás una gran madre, de las buenas. De las que preparan fiestas espectaculares de cumpleaños. De las que sus pequeños presumen de llevar los mejores disfraces del cole y estoy convencida de que se podrán sentir inmensamente orgullosos de tenerte, igual que yo me siento.

Perdona si mis palabras te descolocan o si he hecho remover sentimientos pero no quiero que olvides nunca lo feliz que nos hace verte feliz y que lejos de ser mamá o no, eres una persona muy importante en la vida de mucha gente, entre ellas, en la mía.

¡A por todas, amiga! Siempre contigo.



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